Aprender de la crítica
ES fácil comprobar que todos gozamos de cualidades y valores, pero también padecemos limitaciones y dudas. En nuestras vidas nos encontramos con infinidad de actividades que las realizamos bien, y otras que las hacemos mal pero con posibilidad de aprenderlas y cambiar el signo a bien. También las hay que no las sabemos ni las sabremos nunca porque no poseemos las capacidades ni las habilidades para alcanzarlas. De las primeras nos enorgullecemos y nos valemos para disfrutar de una buena autoestima, con las últimas nos concienciamos de que nuestra realidad es finita y que no nos queda otra salida que la aceptación, y de las que se pueden aprender lo que sacaremos es ser mejores personas porque son las que nos van a ir diciendo cómo afrontamos y superamos las dificultades de la vida.
El primer paso en esta difícil tarea de mejorar es reconocer que nadie es perfecto, y el segundo es que podemos y debemos ayudarnos unos a otros para conseguirlo. En esta ayuda mutua tendremos la obligación de intercambiarnos información, porque unas veces seremos nosotros quienes tengamos las claves de cómo mejorar y hay que decirlas, y otras serán los demás quienes nos las tendrán que expresar a nosotros. Después de compartirlas y escucharlas, lo que procede es reflexionar. A todo este proceso lo denominamos hacer críticas o proporcionar criterios para cambiar, y aunque a los destinatarios no les guste escucharlas, tenemos el derecho a construirlas y comunicarlas, incluso en ocasiones será un deber moral hacerlo, pero asegurando que se basan en hechos objetivos.
Es cierto que las críticas suponen un cierto impacto emocional y se debe obrar con tal delicadeza que el afectado encuentre en ellas la posibilidad de aprender y no un ataque. La crítica será específica y concreta, realizada con sumo cuidado y respeto y aún así, habrá personas y momentos en los que será imposible alcanzar ese clima de crecimiento y puede volverse en contra de quien la efectúa.
Y como casi todo en esta vida, también esta habilidad se puede adquirir. Lo primero que se debe aprender es a escuchar lo que el otro nos quiere decir con su crítica, sin evaluarla y sin espíritu de catástrofe personal ni profesional. Es fundamental que cuente con el tiempo necesario para explicarlo con detalles, porque nos puede dar una información útil para nuestro propio crecimiento y si pensamos que no lleva razón, entonces cabe la réplica fundamentada, pero no a base de insultos y descalificaciones. Es curioso ver cómo muchas de nuestras reacciones a las críticas son una confirmación de que llevaban razón con lo que se nos decía.
Una vez finalizada la crítica que hemos escuchado con detenimiento, debemos preguntarnos ¿qué importancia encierra? ¿Quién nos la hace? Porque no es lo mismo que sea alguien que no nos conoce a otro que sí tiene conocimientos nuestros, a que no sea experto en la materia o sí lo sea. Cuando alguien que nos conoce y que sabe del tema nos aporta puntos de vista diferentes, es inteligente pararse y considerarlos. También corresponde preguntarnos si lo que nos han dicho no es la primera vez que lo escuchamos, y si la han realizado personas de diferentes sitios y ámbitos del saber.
Aceptar una crítica no es estar de acuerdo con todo sin más, supone escuchar, reflexionar y aprovechar aquello que nos pueda ayudar en el propio desempeño profesional o en el perfeccionamiento personal. Tengamos siempre presente que por muy malo que sea un artista que expresa en el lienzo su manera de ver la realidad, mejor será si se deja aconsejar por los críticos y curiosamente más se les recordará a él, en una gran medida, porque fue capaz de estar con serenidad ante otros que pudieron expresar sus opiniones diferentes con libertad.
8 comentarios:
Muy buena esta entrada y mejor reflexión sobre la critica, haber si toman ejemplo algunos anónimos aludidos en otras ocasiones y crecen como personas, que es una lástima perder amistades de mucho tiempo por quedar constancia de lo que se opina y no gustar.
¿Quieres decir Alvaro que algunas personas te han dejado de hablar por opinar como tu lo haces?. Que es como realmente se opina, cuando la opinión viene avalada por una persona, con personalidad....
Hay gente pa to. Ayer presencié como una persona mantenía que Ceuta, Melilla y Las Canarias siempre han sido Marroquíes, y por mas que trataba otra persona de explicárselo lo mantenía por defender nada mas y nada menos que la postura del gobierno ante los últimos acontecimientos en Melilla. Ver para creer.
En todo caso, la crítica y la autocrítica es un camino para el avance, como lo es el aprender de los error, estableciendo mecánismo para que no se vuelvan a producir. Es cierto que casi todos nos sentimos un poco heridos ante la crítica, pero es un signo de madurez saber sopreponerse sobre a esa química interior, para poder llegar a un razonamiento objetivo de los que los demás nos están indicando.
Ademas la crítica es un elemento de la libertad de expresión.
Buena entrada Virilo.
Un saludo
Me quedo con esta frase que hace referencia a la forma de hacer las cosas y que se encuentra en el primer párrafo:
“ También las hay que no las sabemos ni las sabremos nunca porque no poseemos las capacidades ni las habilidades para alcanzarlas”.
Esta es la causa de muchos de los problemas, incoherencias e ineptitudes que tenemos en ocasiones y que influye en nuestras decisiones, en nuestras relaciones, nuestra forma de hacer las cosas, de ver la vida, de afrontarse a la realidad….
La crítica es lo fácil, lo difícil es realizar propuestas y alternativas factibles a lo que criticamos. Este ejercicio sería más productivo para todos, generaría menos suspicacias, y se mejoraría sobre lo que se tenía.
Jit
Coincido con lo expresado en los comentarios anteriores. Muy buena esta entrada. Enhorabuena, Virilo, por hacerte eco de la opinión de José Mª Fernández Chavero. Da en el clavo con su relfexión y todos sin excepción deberíamos prestarle una mijina de atención. La crítica constructiva es una herramienta fundamental para la mejora continua. Y saber encajarla y aceptarla, aunque a veces no sea de nuestro agrado, es propio de personas dialogantes, respetuosas y que valoran la sinceridad de las opiniones ajenas aunque no les guste. En definitiva de personas dispuestas a seguir creciendo como tales.
En cuanto a lo que dice Álvaro, es verdad que es una lástima perder amistades simplemente por dejar constancia de tus opiniones. Desde luego que hay gente pa tó. Pero pensándolo friamente si eran amigas se supone que ya te conocían y sabías como pensabas ¿qué pasa que ahora les molesta que dejes constancia por escrito y en lugares más o menos públicos como este u otros blogs? Entonces, y perdóname Álvaro si me meto donde no me llaman, pero a mi entender esas personas actúan más como pesebreros que como amigos.
¡Una pena!
Bueno, seguimos con la conversación en otro momento.
Un abrazo.
Jit, coincido con lo que dices en tu último párrafo plenamente. Toda crítica siempre que sea factible debe ir acompañada de propuestas alternativas, de mejoras de lo que se critica.
Un saludo.
Muy acertado el artículo en todos sus puntos. La critica siempre que sea "sana" y que no trate "de hacer sangre" siempre es aprovechable.Es normal sentirse en un primer momento incómodo cuando a uno se le critican ideas, pensamientos, actitudes o conductas, pero pasado ese primer momento si uno se fija en el transfondo siempre hay algo bueno que aprender, en uno u otro sentido. Quien sabe asumir una crítica sabe crecer como persona ante la totalidad del mundo que le rodea.
Quien sea mas o menos amigo por verter una opinión propia sobre determinado tema es que nunca ha sido amigo realmente, un amigo es el que se sobrepone a críticas y ve en la persona el fondo humano que tiene.
Saludos
Muy interesante,desde luego está claro que toda crítica,siempre que sea constructiva,te hace reflexionar y te ayuda a crecer como persona.
Un saludo.
Acertado esta entrada, pero creo que las críticas no serán agradables, pero son necesarias siempre y cuando "no se haga sangre.
Un saludo.
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